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Nuestra base de sustentación. Muchos dolores que son fáciles de corregir con un diagnóstico adecuado.

Artroscopia de tobillo
Artroscopia de tobillo

La artroscopia de tobillo es la cirugía de mínima invasión de dicha articulación. Consiste en realizar 2 incisiones menores de 1 cm en la parte delantera del tobillo, y a través de esos portales, introducir una cámara y observar de primera mano la lesión y determinar el mejor plan para su tratamiento. Después se introduce una serie de herramientas que permiten el tratamiento como son instrumentos de calor, raspado y sutura. Actualmente muchas de las intervenciones realizadas en tobillo se realizan de forma preferente de esta forma.

Una vez realizado el procedimiento, entregamos a los pacientes el video y fotografías correspondientes a su cirugía.

Algunos datos interesantes sobre la artroscopia de tobillo:

·         Es un procedimiento enfocado a minimizar el riesgo de infección (menor a 2%).

·         Técnica de elección en pacientes diabéticos, pues minimiza problemas con cicatrización.

·         Brinda excelente control de dolor pues se realiza mediante una manipulación limitada.

·         En la mayoría de casos, se inicia movilidad inmediata posterior cirugía.

·         Se puede realizar un mejor control del dolor, ya que las incisiones son pequeñas.

·         Brinda una posibilidad amplia de procedimientos que ayudan a mejorar la función de un tobillo lesionado.

·         Queda documentado el estado real de la articulación mediante video y fotografías. 

Fasciopatía plantar
Fasciopatía plantar

La fascia plantar es un tejido muy resistente que se encuentra en la planta del pie y va de la región del talón hasta la parte proximal de los dedos del pie. Es una estructura con muy poca elasticidad.

La fasciopatía plantar es la causa más común de dolor en la región del talón y planta del pie. Muchos lo conocen como “Fascitis plantar”, y otros tantos lo consideran como consecuencia de la presencia de un “espolón calcáneo”.

Causas

Sí es cierto que el sitio donde típicamente se encuentra esta enfermedad es cerca de la tuberosidad del hueso calcáneo (se encuentra en la región del talón en la planta del pie), sin embargo no existe una relación directa entre los síntomas y la presencia del famoso “espolón”. Estudios de microscopía del tejido de la fascia plantar dolorosa muestran cambios degenerativos, más a nivel de su inserción, con cambios inflamatorios crónicos, sin embargo esta condición no es considerada como inflamatoria, sino más bien de origen degenerativo. También se llega a asociar con la atrofia del tejido graso que sirve como colchón en la región del talón, el cual sirve para absorber la carga del cuerpo al caminar y correr.

Síntomas

El síntoma principal es el dolor en la región plantar del talón. Predominantemente es en la mañana al levantarse de la cama, o al reincorporarse después de estar sentado un rato; esto es debido a que en reposo la fascia plantar se encuentra relajada, y cuando nos levantamos ejercemos tensión, ocasionando el dolor.

Diagnóstico

El diagnóstico principalmente es clínico, es decir, debemos interrogar al paciente para conocer las características y localización del dolor. También es importante revisar adecuadamente al paciente cuando acuda a consulta con nosotros.

Podemos también solicitar estudios de imagen, como una radiografía para descartar otras causas de dolor, o un ultrasonido, en el cual podemos ver un engrosamiento de la fascia plantar por los cambios degenerativos crónicos.

Tratamiento

El tratamiento siempre dependerá del tipo e intensidad de síntomas que presente cada paciente. Las opciones descritas para este padecimiento van desde infiltración local con medicamentos esteroides, ejercicios de estiramiento, terapia física (convencional y ondas de choque), así como un procedimiento relativamente nuevo en nuestro país, aunque ampliamente conocido y aplicado en Europa, que es la electrólisis percutánea (enlace). Y como última opción, tenemos el tratamiento quirúrgico.

¿Por qué decidir una cirugía?

Proponemos al paciente someterse a una cirugía cuando el padecimiento es persistente a pesar de haber agotado todas las opciones de la línea del tratamiento conservador (sin cirugía).

La cirugía consiste en realizar una fasciotomía (un corte para liberar la fascia desde su inserción en el hueso calcáneo), con la cual, la gran mayoría de los pacientes refieren una mejoría significativa de los síntomas, teniendo un impacto positivo en la calidad de vida.

Inestabilidad de tobillo
Inestabilidad de tobillo

Las lesiones de tobillo son de los padecimientos más comunes que atienden los médicos de primer contacto en los servicios de urgencias; de estos, los esguinces (sobreestiramiento de uno o varios ligamentos del tobillo con ruptura parcial o completa), comprende un porcentaje muy alto.

Causas

Los ligamentos en el tobillo, como en las demás articulaciones del cuerpo, tienen como una de las funciones principales, proveer estabilidad mecánica, impidiendo que la articulación realice movimiento para los que no está diseñada. La presencia de esguinces de tobillo recurrentes, o mal tratados,  pueden predisponer a inestabilidad articular que a mediano o largo plazo se vería reflejado en el desgaste temprano del cartílago articular.

Síntomas

Debido al déficit mecánico y funcional al que condiciona la inestabilidad, el paciente con este padecimiento nos referirá la presencia de dolor persistente, que generalmente está asociado al grado de actividad física, así como la sensación de inestabilidad.

Diagnóstico

Para el diagnóstico preciso, nos basamos en el antecedente referido por el paciente de uno o varios esguinces de tobillo. Debemos además realizar una exploración física detallada en el momento que revisamos al paciente para evaluar la estabilidad de todos los grupos ligamentarios del tobillo.

Podemos solicitar además estudios básicos como una radiografía, que aunque no es el método de elección para evaluar tejidos blandos, podemos evaluar la congruencia articular. Un ultrasonido es de utilidad para evaluar la integridad ligamentaria, así como para diagnosticar procesos inflamatorios agudos. Sin embargo, el método diagnóstico más sensible y específico es uno llamado resonancia magnética, ya que con este podemos evaluar tanto la congruencia de la articulación, como la integridad de los ligamentos y del cartílago articular.

Tratamiento

La primera posibilidad de tratamiento ante un caso de inestabilidad de tobillo es el tratamiento conservador. Tenemos la opción de la terapia física y rehabilitación, en la cual lo primordial es enfocarnos en el entrenamiento neuromuscular, que consiste en ejercicios para mejorar la fuerza muscular y balance de la articulación, que algunas veces sí nos ayuda para obtener una recuperación funcional completa.

En los casos en los que el tratamiento conservador no nos dé resultados favorables, consideraremos el tratamiento quirúrgico como opción. Esto se puede llevar a cabo por artroscopía (enlace a artroscopía de tobillo), o por técnica abierta (por incisiones un poco más grandes). La finalidad de esta opción de tratamiento es reparar anatómicamente los ligamentos lesionados para restablecer la estabilidad articular, así como realizar reparaciones al cartílago articular cuando este se haya lesionado.

¿Por qué decidir una cirugía?

En los casos de lesiones recurrentes de tobillo que condicionan a inestabilidad crónica, con respuesta no favorable al tratamiento conservador, sugeriremos el tratamiento quirúrgico como la opción más resolutiva para tratar el cuadro de inestabilidad.

Una inestabilidad de tobillo que no es tratada adecuadamente de manera oportuna, puede predisponer a un gestaste articular temprano, que condiciona a una limitación progresiva y permanente (en caso de no tratarse). En los casos más avanzados, las opciones de tratamiento se limitan a procedimientos cada vez más invasivos.

 

Juanetes
Juanetes

Juanetes

También conocidos como “Hallux valgus”, lo entendemos como la deformidad de la articulación del hueso metatarsiano con el primer dedo (o dedo gordo) del pie.

Causas

Lo más frecuente es que se asocie a factores biomecánicos, que se traducen en alteraciones del eje de carga del pie. Sin embargo también hay enfermedades metabólicas, como gota y artritis reumatoide, así como otras de origen neuromuscular como esclerosis múltiple y parálisis cerebral, que también pueden contribuir a que esta deformidad se produzca.

Síntomas

Muchas veces puede cursar sin síntomas, únicamente con la deformidad, que eventualmente puede ser progresiva. En otras ocasiones puede haber dolor, el cual generalmente es asociado al nivel de actividad.

Diagnóstico

El diagnóstico, como en la mayoría de los padecimientos, es clínico, es decir, revisamos y analizamos el eje de carga del pie en el consultorio, sin embargo también nos valemos de otros estudios como puede ser una radiografía simple de los pies pero realizadas con la carga del peso del cuerpo del paciente.

Tratamiento

Inicialmente el tratamiento suele ser conservador. Se suelen indicar plantillas con soporte específico para compensar las alteraciones de la carga del pie que pueden estar produciendo esta deformidad.

Es importante que se tenga el conocimiento que el potencial correctivo de las plantillas o de otros aparatos como los espaciadores interdigitales es prácticamente nulo, y que sólo funcionan mientras se usan.

El tratamiento quirúrgico (una cirugía) se decidirá realizar cuando los síntomas sean muy limitantes y afecten la calidad de vida del paciente.

 

¿Por qué decidir una cirugía?

La cirugía se indica en casos en que la deformidad sea tal que imposibilita la marcha, o el uso de calzado; también cuando hay dolor y este es tan intenso que limita de manera importante la realización de actividades de la vida diaria.

En ocasiones algunos pacientes, en su mayoría mujeres, solicitan corregir la deformidad sin haber síntomas, es decir, únicamente solicitan el tratamiento quirúrgico con fines estéticos. Generalmente nuestro consejo es que se realice el tratamiento quirúrgico únicamente cuando los síntomas así lo ameriten, para obtener el índice de satisfacción óptimo, que es el principal objetivo del tratamiento quirúrgico.

Pie plano
Pie plano

Los niños comúnmente nacen con el pie plano y conforme el niño va creciendo, el arco plantar se va formando. Sin embargo, el pie plano es una causa de preocupación muy frecuente entre los papás.

Causas

El pie plano es una deformidad, que aunque es relativamente común, es compleja, ya que involucra una alteración en los ejes de varios huesos del pie.

Generalmente se nace con la predisposición a esta deformidad, aunque en algunos casos se adquiere por ejemplo, en los casos de insuficiencia tendinosa en los adultos.

A veces se asocia a casos de hiperlaxitud ligamentaria (ligamentos articulares muy elásticos), o a deformidades ya estructuradas que involucran la fusión de ciertos huesos del pie.

Síntomas

Generalmente, cuando se trata de un caso de pie plano flexible, no hay dolor, simplemente se observa la deformidad que consiste en la caída del arco plantar y alteración del eje posterior del pie.

Cuando hay dolor, debemos de sospechar del pie plano en su variedad rígida, la cual es ocasionada por la fusión de ciertos huesos del pie.

Es común también que haya deformidad del calzado.

Diagnóstico

El diagnóstico, como en la mayoría de los padecimientos ortopédicos, es clínico, es decir, debemos interrogar y revisar adecuadamente al paciente.

Usualmente en la primera valoración evaluamos los ejes de carga del pie, y valoramos si hay alteración de los puntos de apoyo. Debemos evaluar también si hay reducción de la deformidad ante ciertas maniobras para diferenciar el pie plano flexible del rígido, ya que de esto dependerá el tratamiento.

Es de utilidad solicitar radiografías del pie tomadas con el apoyo del peso del cuerpo del paciente. Y en la sospecha de un caso de pie plano rígido, es de mayor utilidad una Tomografía Axial Computarizada para un diagnóstico más preciso.

Tratamiento

Usualmente recomendamos “no hacer nada” si el pie no duele.

Se suele indicar con mucha frecuencia el uso de plantillas y calzado ortopédico para la corrección de dicha deformidad. En nuestra experiencia, no sugerimos el uso de calzado ortopédico en niños menores de 8 años de edad como parte de tratamiento para el pie plano.

Es importante comentar además, que el potencial correctivo de las plantillas es prácticamente nulo; sin embargo se puede indicar su uso para suplir el apoyo que no tiene el pie por sí solo, y compensar la alteración de algunos ejes de carga.

¿Por qué decidir una cirugía?

Generalmente indicamos el tratamiento quirúrgico en los casos en que la deformidad está estructurada, y que además genera dolor.

Hay varias técnicas de cirugía descritas para tratar el pie plano, y cada una va dirigida a tratar la causa de la deformidad.

Cuando la cirugía está indicada y esta no se realiza, en ocasiones el paciente puede persistir con un pie doloroso, y esto verse reflejado en su calidad de vida.